Enfermedad inflamatoria intestinal y trastornos digestivos

Síndrome del intestino irritable (SII)

La SII no es una enfermedad, sino un trastorno funcional digestivo que se caracteriza por la asociación de dolor, hinchazón abdominal y la alteración del hábito intestinal (estreñimiento y/o diarrea).

A veces se puede confundir con afecciones que producen síntomas similares, como la enfermedad celiaca o la enfermedad inflamatoria intestinal.
Acostumbra a presentarse al inicio de la adolescencia o ya en la edad adulta. Se trata de un trastorno bastante común que no lesiona el intestino grueso, pero que puede tener un fuerte impacto en la calidad de vida de las personas que lo sufren.

Actualmente la SII no tiene cura. El tratamiento tiene el objetivo de aliviar los síntomas y es importante que se adapte la dieta y el tratamiento de manera individual y según  el momento en que se encuentre la persona.

  • Promover una dieta variada y equilibrada, teniendo en cuenta que hay ciertos alimentos que suelen generar más gases y distensión abdominal
  • Seguir una dietoterapia específica en los casos en que haya más sintomatología, la dieta FODMAPS.
  • Tener unos hábitos de vida saludables como la práctica del ejercicio físico, el descanso y hacer actividades que nos ayuden a “desconectar”.
  • En algunos casos puede ser beneficioso el soporte psicológico para reducir el estrés y la ansiedad que empeoran la sintomatología del trastorno.

Otros problemas: disbiosi intestinal, estreñimiento crónico y acidez gástrica

Enfermedad inflamatoria intestinal (MII): Crohn y Colitis Ulcerosa

La enfermedad inflamatoria intestinal (MII) engloba dos patologías, la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.

Las dos se caracterizan por ser enfermedades del intestino esencialmente, inmunomediadas, inflamatorias y crónicas, que evolucionan en brotes y periodos de remisión. Las dos alteran la capacidad del organismo para digerir los alimentos, absorción de los nutrientes y comparten características clínicas y patológicas. Algunos síntomas comunes son: diarrea, sangre en las heces, cansancio, dolor abdominal, pérdida de apetito y peso.

La causa de la MII se desconoce, aunque se cree que puede ser debido a la interacción de factores genéticos, ambientales y de cambios en la microbiota intestinal. No hay una sola causa que produzca Crohn o colitis ulcerosa.

¿Y que papel tiene el dietista nutricionista que trabajará conjuntamente con su equipo médico?:

  • Ayudar al paciente a tomar consciencia de su alimentación y estilo de vida (bienestar emocional, actividad física,  descanso) que juntamente con la medicación pueden ayudar a mantener la enfermedad más controlada.
  • Adaptar la dieta en caso de que haya sintomatología (gases, distensión abdominal, estenosis…).
  • Prevenir o revertir un déficit de nutrientes que pueda derivar en otras afecciones, ya que a menudo vemos que los pacientes tienen dietas muy restrictivas excluyendo alimentos saludables.

Desde hace unos años colaboro con la asociación de Crohn y Colitis Ulcerosa de Cataluña (ACCU) haciendo talleres para enfermos y familiares.

Los socios de ACCU tienen un descuento en la 1r visita.

Colaboro con la empresa GoodGut que ha desarrollado una serie de tests, que en casos más complicados, nos puede ayudar a conocer tu microbiota intestinal y en función de los resultados adaptar tu pauta dietética y si fuera necesario añadir el uso de probióticos.